Subimos a una mujer, que tiene una voz sorprendentemente camaleónica. Canta en brasileño con una magia que te recuerda a la genial Elis Regina o a Ive Mendes, lo hace en ingles y suena sensual como Diana Krall o Sade, lo hace en español y suena a rumor acariciado por el Caribe como Gloria Estefan. Cante en el idioma que cante, siempre te hace flotar en un mundo de melodía lejos de la chillona realidad.
Y lo más increíble, sobre todo por ese acento de la misma playa de Copacabana o ese español sin acento de su origen, es que estoy hablando de una porteña, la argentina Gabriela Anders. Gabriela nació dentro de una familia con dilatada experiencia musical, su padre saxofonista de jazz, su abuelo violinista y su abuela materna profesora de piano. Cuando acabo su etapa de colegio, se fue a vivir a Nueva York donde siguió estudiando Orquestación con Don Sebesky y Composición en el Hunter College. Su debut fue en 1999 con el álbum “Wanting” donde la producción la realizó, entre otros, George Duke. Después sacó “Last Tango in Rio” y en el 2009, este trabajo llamado “Bossa Beleza”, en honor al 50 Aniversario del nacimiento de la Bossa Nova.
Hay 11 canciones donde te encuentras una versión, más que sexy tórrida, del “September” de Earth, Wind & Fire, una versión del “Satisfaction” de los Rolling Stones, que no deja indiferente a nadie, la versión de “Amapola” en español con ritmo de Bossa y voz que derrite hielo o la maravillosa “Agua de Beber” del genial Astrud Gilberto en brasileño perfecto (o sea sensual, cálido, insinuante), entre otras.
En fin, otra mujer que canta como los ángeles y encima, Dios la creó guapísima. ¿Existirá la perfección?
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