El café es una bebida que está tan metida en nuestra sociedad que no nos podríamos hacer una idea de lo que sería la vida cotidiana sin él. De hecho, tras el agua y el té es la bebida más consumida en el mundo.
Originario de Abisinia (hoy Etiopía), se cree que de la zona de Kaffa, fue descubierto por casualidad. Parece ser que un pastor se fijó en sus cabras, que al comer unas bayas de color rojo se ponían como Pocholo en un after-hour ibicenco. Era un cafeto, planta perteneciente a la familia de las Rubiáceas, género Coffea. Una vez descubierto, se asentó en el mundo musulmán, después llegó a Europa y desde aquí al Nuevo Mundo. Como curiosidad, la primera cafetería fue establecida en la ciudad de Constantinopla a finales del siglo XV.
Los variedades de café son:
Coffea Arábica: la variedad más cotizada, fina y aromática. Su origen, Etiopía y representa el 75% de la producción mundial. Con granos levemente alargados y casi siempre rojizos su planta desarrolla todo su potencial en zonas intertropicales por encima de los 500 metros sobre el nivel del mar y pueden desarrollarse hasta los dos mil metros de altitud. Ahí radica el secreto de su característica fundamental, su suavidad. Cuanto mayor altitud, los cambios climáticos entre el día y la noche son más bruscos y eso hace que el fruto o baya madure más despacio y dé mejores resultados en calidad. Por ello su café es aromático, suave, elegante y con baja cafeína (A la izquierda en la foto). Como ejemplos, la variedad Arábica de Colombia destaca por una notable acidez, la de Brasil es su delicada suavidad y el que se da en Guatemala por sus notas a chocolate.
Coffea Robusta: procede de la República Democrática del Congo. Es una variedad muy resistente de granos redondeados y de pequeño tamaño y se cultiva en zonas húmedas y de escasa altitud. Sus cafés son característicos por ser fuertes, con cuerpo y altos en cafeína. Se suelen utilizar para hacer el café soluble. (A la derecha en la foto)
¿Cuál es el mejor café del mundo? Pregunta del millón. No me atrevería a afirmar que sea el mejor, pero sí que es uno de los más caros, sobre 80€ el kilo, el Blue Mountain de Jamaica. Esta variedad de café Arábica se da a una altitud de mas de 2.000 metros, con unas características climáticas especiales como alta pluviosidad, con mucha bruma pero ausencia de heladas y suelo fértil y de fácil drenaje a lo que hay que añadir de producción limitada. Las características de este café: sabor muy suave y elegante, con gran aroma, marcada acidez y escasa cafeína. Como curiosidad, se exporta en toneles de madera de 70kgs.
En este apartado de "factura que fractura" tambien está el Bourbon Pointu o café Laurina de la isla Reunión, con producción casi ridícula. Es un cafe con baya pequeña y de forma alargada como una canoa, por ello su nombre “pointu” o puntiagudo. No es excesivamente aromático pero tiene un sabor de fuerte personalidad, con cuerpo, muy poca cafeína y un retrogusto de largo recorrido.
Otros dignos de mención es el Moka de Etiopia, también conocido como Harrar, que es de calidad excepcional y gusto muy particular, el Java que se tuesta cuando está muy maduro, el Kona de Hawai, el Kenya, el Guatemala, el Santos de Brasil (país mayor productor del mundo), el Excelso de Medellin colombiano, el Tanzania Kilimanjaro, el Sumatra, de la India el Mysore o el Nicaragua.
Y después tenemos las mezclas de unos con otros para conseguir cafés más complejos, exceptuando el Blue Mountain que difícilmente se puede mejorar. Como ejemplo, el Kenya que tiene alta acidez combina muy bien con el de Colombia o el Hawai Kona que es afrutado y con medio cuerpo con el Sumatra que tiene poderoso cuerpo y notas de cacao.
Todo un mundo fascinante, y bastante desconocido, de este placer líquido.
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