Hay placeres que son baratos o gratuitos como un buen beso. Sí es cierto, que ese beso puede originar grandes costes en un futuro a corto, medio o largo plazo, pero nos quedaremos exclusivamente en el hecho y no en sus posibles concatenaciones. Escuchar el mar, oler la tierra mojada, ver la luna llena y así una infinidad de placeres sin coste.
Pero el placer que quiero compartir, desgraciadamente, es de los que cuestan y cada día más porque son placeres a extinguir: la Cigala Cocuda gallega.
Galicia está vinculada gastronómicamente a varios productos marinos y fluviales donde se une especie con procedencia y que en la actualidad son casi leyendas por lo limitadas cantidades que hay. Estamos hablando, por ejemplo, de las Ostras de Arcade, La Centolla del Grove, el Percebe de uña roja del Roncudo, La Lamprea de Arbo, las angulas del Miño o las cigalas de Marín. Y dentro de las especies en extinción añado al feo pero sabrosísimo Santiaguiño.
Si bien es cierto que las cigalas gallegas están casi extinguidas, en el puerto del Grove aún quedan dos barcos que se dedican a ellas. Para ello ponen proa a una zona llamada O Cantil que está a 20 millas mar adentro y cuya travesía dura cuatro horas. Se llama O Cantil porque un poco más allá el fondo pasa a tener casi 2.000 metros de profundidad. Se pesca con aparejo entre 400 y 700 metros de profundidad consiguiendo muy pocas unidades. Hay de dos tamaños de 70grs a 200grs con un coste en lonja de 60 euros más IVA y la grande que la denominan Cigala Cocuda que va desde 200GRS hasta los 600grs con un precio en lonja de 120 euros más IVA. En esa zona también pescan mero, rape, merluza besugo, cabracho y palometa roja por lo que a los marineros les merece la pena la travesía.
Si en la lonja está a 120€ más impuestos el kilo, los poquísimos restaurantes que la tienen por poco margen que las incrementen se ponen casi a precio de producto de joyería (no quiero pensar si les meten el 100% de margen). En la villa marinera de O Grove tuve la suerte de probar la cigala cocuda, y lo digo en singular, porque el desembolso era de los que te rompen el presupuesto sí o sí. El Restaurante se llama D’Berto (Tlf.986733447) y a parte de una muy buena bodega tiene fama de ser una de las mejores marisquerías de todo el litoral pontevedrés. ¿El precio? El precio de los productos de excelente calidad va directamente proporcional a la dificultad de obtenerlos. Y a veces darse un pequeño homenaje al grito tonadillero de “porque yo lo valgo” es un placer que se disfruta con veneración aunque se tenga que romper la hucha. Y esta cigala tendrá un sitio privilegiado en mi memoria solo por su exquisito sabor... por los siglos de los siglos, Amén.
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